Periodoncia
Se trata de la especialidad que se ocupa del estudio, prevención y tratamiento de las enfermedades periodontales (enfermedades de las encías): la periodontitis y la gingivitis, dos de las afecciones más comunes en el ámbito de la salud bucodental.
Los tejidos que soportan y protegen el diente son: la encía, el hueso alveolar, el ligamento periodontal y el cemento radicular.
Según el grado de afectación de los tejidos, las enfermedades de las encías se clasifican en:
- Gingivitis: inflamación de las encías.
- Periodontitis («Piorrea»): estado de afectación más avanzado que la gingivitis. Afecta a la encía, el ligamento periodontal, el hueso alveolar y el cemento.
La causa principal es la inflamación causada por bacterias. Produce una destrucción de los tejidos más profundos como son el hueso y el ligamento periodontal.
Raramente produce dolor, por tanto, frecuentemente pasa desapercibida.
¿Cuáles son los síntomas de la gingivitis/periodontitis?
La gingivitis causa:
- Enrojecimiento de las encías.
- Sangrado espontáneo.
- Sangrado al cepillarse los dientes.
la evolución de la gingivitis deriva en periodontitis, causando: movilidad y/o separación de los dientes, aparición de recesiones gingivales, malestar de las encías, halitosis, sensación de dientes largos así como aparición de abscesos.
La evolución de la periodontitis puede ser lenta o rápida. Lo evidente es que si no se trata a tiempo, la enfermedad avanza, causando la destrucción de los tejidos y consecuentemente la pérdida del diente.
¿Quiénes son los principales afectados por la gingivitis y la periodontitis?
La gingivitis afecta a un 75% de los jóvenes de entre 20 y 25 años. Por el contrario, la periodontitis predomina en la edad adulta y suele manifestarse a partir de los 30 años. Además aumenta con la edad y es la causa principal de pérdida de dientes en adultos. Raramente aparece en jóvenes salvo en ocasiones en que la enfermedad es muy agresiva.
Varios estudios científicos han demostrado que los pacientes diabéticos tienen 4,2 veces más posibilidades de desarrollar enfermedad periodontal respecto a los no diabéticos. Además, sugieren que una enfermedad periodontal no controlada puede empeorar la evolución de la diabetes (influye en el control de la glucemia del paciente).
Además, dado que las enfermedades periodontales pueden pasar desapercibidas, el paciente diabético puede estar descontrolado sin tener conocimiento.
Por tanto, es conveniente que el paciente diabético vaya a hacerse revisiones al dentista periódicamente para detectar este tipo de patologías y tratar y/o controlarlas, en su caso.
La relación entre diabetes y periodontitis suele ser en ambos sentidos. El adecuado control de una patología y otra puede mejorar el pronóstico y la tendencia a complicaciones.
El efecto del tabaco en las encías (aparte de tinciones en los dientes y mal aliento), provoca un menor aporte de sangre a los tejidos (vasoconstricción) y, además, disminuye el mecanismo de defensa de las encías contra las bacterias.
Consecuentemente, enmascara el sangrado de las encías, engañándonos de modo que no nos parece estar inflamadas.
Numerosos estudios han demostrado que la respuesta al tratamiento periodontal es peor en fumadores a corto y largo plazo.
Por eso es de gran utilidad tener en cuenta que el abandono del hábito tabáquico supondrá un punto a favor del tratamiento periodontal y mantenimiento de los dientes a largo plazo.